domingo, 31 de enero de 2016

Que es el tejido indigena? Cielo Quiñones Aguilar

EL TEJIDO EN LAS TRIBUS
INDIGENAS DE COLOMBIA:
UNIDAD Y DIVERSIDAD

Cielo Quiñones Aguilar

Profesora, Facultad de Diseño Industrial

El tejido: unión de fibras, encuentro de hilos, encuentro de mundos, unión de hombres.
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El tejido como actividad humana, como experiencia integral de vida, como pensamiento que interrelaciona el medio ambiente con las necesidades fisicas y espirituales que el hombre experimenta, comparte y transforma en objetos útiles y estéticos aplicando los conocimientos técnicos que han sido adquiridos a través del tiempo y de la acumulación histórica de las vivencias de la comunidad, es una estructura tradicional que desempeña un papel fundamental en las tribus indígenas de Colombia. Las técnicas ancestrales comprenden nudos, amarres, uniones y entrelazados de fibras naturales que interactúan en unidad con el trabajo hecho con las manos dando origen al objeto tejido, siendo estos artefactos expresiones materiales propias de cada cultura.
El tejido, como creación humana responde a un sentimiento, a una razón espiritual y a una necesidad básica de supervivencia, los objetos tejidos sirven para obtener el alimento mediante una red o una nasa, para vestir se tejen mantas, anacus y ruanas, para almacenar y transportar se utilizan cestos y mochilas, para descansar se tejen hamacas o chinchorros, para protegerse, soñar y compartir con los demás se construye la maloca.
El objeto tejido es un signo, y dentro del contexto socio-cultural donde se le concibe y cumple con su función sígnica; es un lenguaje no verbal a través del cual se comprende la conexión integral que existe entre la naturaleza, el mito, el hombre, la sociedad y el objeto que como manifestación material integra su cuerpo y contenido para hacer parte de vida cotidiana en cada comunidad.
La diversidad se presenta en las distintas expresiones materiales alrededor del tejido propias de cada grupo humano según sus conocimientos ancestrales, su medio ambiente y sus necesidades y como unidad las diferente tribus indígenas de Colombia comparten el acto de tejer, la actitud frente a la actividad de entrecruzar fibras, y la utilización del tejido que ligado al cuerpo y al pensamiento de las culturas aborígenes dan testimonio de su vida y costumbres.
Dentro de los terrenos de la Gran Expedición Humana 1992’93, tuvo lugar la investigación. El Tejido: Técnicas, Tecnologías y productos, con el objetivo de analizar el tejido en las tribus indígenas de Colombia dentro de un sistema integral: materias primas utilizadas, procesos técnicos y tecnológicos desarrollados por la comunidad, relaciones sociales y comportamentales en la actividad de tejer y necesidades materiales y espirituales que satisfacen los productos. Se plantea para el estudio de los objetos de fibra un enfoque semiótico que comprende: análisis del plano de contenido, significado y función práctica, análisis del plano expresivo, estudio del significante a través de descripciones morfosintácticas y análisis del plano comportamental en cuanto al uso dentro de un contexto específico. En el trabajo de campo se realizaron las siguientes actividades conforme la opinión de cada grupo humano visitado y su aceptación previa: observación y acercamiento a la comunidad, participación directa en las actividades de hilado, teñido y tejido, e intercambio de experiencias alrededor del arte de tejer compartiendo las técnicas ancestrales de tejidos americanos.
A continuación con carácter global se pretende dar una visión sobre el tema para fomentar el conocimiento de la riqueza y diversidad cultural de Colombia.
En la región del bajo río San Juan en el departamento del Chocó, zona geográfica de selvas húmedas, habitan los Indios Waunana (Comunidad Papayo) cuya cultura corresponde al tipo selva-tropical. Las mujeres Waunana procesan las hojas de palma werregue de las cuales obtienen las fibras textiles que tiñen naturalmente para obtener los colores anaranjado y negro (en este caso mediante un proceso posterior de enterrado en barro). Practican la técnica de cestería en espiral uniendo el elemento-soporte que se enrolla con los hilos flexibles de werregue hasta constituir un cesto al que llama coca, pieza de gran riqueza formal, figura en revolución y medio de expresión gráfica de las imágenes del universo perceptual interior y mítico de la cultura Waunana.
También utilizan como materia prima las fibras vegetales que se obtienen del chocolatillo con las cuales producen cestos de ojo o espacio abierto en forma de hexágono, trapecio y cuadrado que se usan como contenedores para el transporte y almacenamiento. Con la técnica de sarga con doblez, tejen el abanico de forma romboidal, objeto de uso cotidiano para avivar el fuego durante la cocción de alimentos, también hacen canastos aplicando diversas técnicas de cestería que se caracterizan por su variedad de formas, tamaños y diseños decorativos geométricos que se obtienen por el entrecruzamiento de fibras de diferente color (color negro y tono natural, semejante al marfil), estos recipientes se destinan para el intercambio comercial como ingreso económico complementario para la unidad doméstica.
El trabajo de cestería es una actividad netamente femenina. Los hombres se dedican a la pesca y tejen para ello las redes, atarrayas y trasmallos.
Los Emberá (Comunidad Salinas) que vive en las hoyas del río Atrato en el departamento del Chocó, una tribu selvática que se ha adaptado a un medio muy húmedo y quienes procesan las materias primas base de su cestería, fibras a manera de tiras largas de aproximadamente 3 mm de ancho con que tejen sus canastos contenedores de ojo o espacio abierto en forma de hexágono, esteras y sopladores de forma rectangular con asa tubular que se utilizan para avivar el fuego.
En el departamento de la Guajira (Comunidad Sucaramaná, cerca de Bahía Portete), región árida y desértica, las mujeres Wayúu tejen mochilas, fajas y hamacas que se caracterizan por la riqueza cromática a partir de la combinación de varios colores básicos. Como tecnología para conformar las hamacas emplean el telar vertical que junto con las técnicas de urdido y tejido son autóctonos.
Los indios Ika que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, principalmente en la región del sur del macizo montañoso (comunidad Simunurwa), son tejedores por excelencia, las mujeres procesan el pelo o vellón de los ovinos, ovejas y carneros, de cuya lana obtienen al hilar la fibra textil, uniforme y resistente para tejer las mochilas. El hilado se realiza mediante el huso, objeto ancestral, herramientas que tiene un valor intrínseco de permanencia y vigencia a través del tiempo en las culturas aborígenes y que por su fundamento formal y funcional es una tecnología vernácula patrimonio de la humanidad. Con el hilo de lana las mujeres ika tejen las diferentes clases de mochilas que ellas, sus esposos y familiares utilizan diariamente como complemento de su vestido.
La semántica, el contenido,y el significado de la mochila está basado en la concepción del mundo, la Sierra como origen y centro de gravedad del universo, donde cada una de las imágenes y diseños que conforman la textura visual decorativa como plano expresivo, representa sus leyes tradicionales, la naturaleza y su padre Creador.
También ellas tejen las mochilas y mochilones de fique que acostumbran mantener en suspensión por medio de un garabato o gancho de madera a través de todas las paredes dentro de la vivienda y que utilizan básicamente para el almacenamiento de objetos; algunos mochilones se emplean para el transporte de productos agrícolas y como nido para las gallinas. Las mochilas que tejen con hilos de fique teñidos a partir de tintes naturales aplicando diferentes técnicas autóctonas, son usadas como complemento del atuendo tanto femenino como masculino.
Los hombres ika tejen finamente su indumentaria con hilos de algodón en el telar vertical: la manta, el pantalón y la faja; estas piezas de vestir son de color natural, salen completas del telar y se rematan cosiendo los bordes con un delicado acabado. Técnicamente el tejido en el telar resulta de entrecruzar en forma ordenada dos series de hilos, la urdimbre en sentido vertical y la trama en sentido horizontal.
Tejen también su gorro, tutusoma, con una técnica que emplea un soporte de base en fique, cordón que se ve enrollando en espiral y uniendo puntada a puntada con fibras de algodón hasta concluir la forma de cono truncado que representan los cerros, sus Padres.
En el departamento del Guaviare (Comunidad la Asunción) habita un grupo de Indios Tukano procedentes del Vaupés, esta cultura cestera procesa los tallos del Guaramo y de ellos obtiene como materia prima las fibras vegetales con que teje los objetos para procesar la yuca brava, base complementaria de su alimentación.
La actividad de tejer es responsabilidad masculina, mientras que la preparación del casabe, torta de yuca, es responsabilidad femenina.
Las técnicas de cestería son variadas en el entrecruzamiento de fibras y los productos resultantes son:
1. Colador: cesto pando circular
2. Matafrío: artefacto tubular que sirve para exprimir el líquido venenoso de la yuca brava.
3. Cernidor: cedazo para limpiar y pulir la masa de yuca.
4. Balay: cesto que se utiliza para servir el casabe, de forma circular y decorado con diseños geométricos que comprenden composiciones a partir de rombos.
Los Indios Piratapuyo (Comunidad Panoré) que viven en los alrededores de San José del Guaviare, grupo humano que emigró del Vaupés buscando mejores oportunidades de vida, tejen con bejucos los canastos que utilizan para almacenar objetos dentro de la vivienda, unen varas de carrizo con fibras naturales y hacen las nasas o trampas para pescar, los hombres Piratapuyo tejen el matafrío, colador, cernidor, balay y soplador que sus mujeres utilizan para preparar el casabe y ha fariña (Harina de yuca). Para los bailes acostumbran las coronas de plumas cuya base se obtiene a partir de un fino tejido.
En las riberas del alto río Guaviare, límite entre la Orinoquia y Amazonia habitan los Indios Guayabero en las cercanías de San José del Guaviare (Comunidad Barrancón). Las mujeres de esta cultura retuercen las fibras textiles que obtienen de la palma de cumare con las cuales tejen los chinchorros donde descansa cada uno de los miembros del grupo. Con la técnica sarga, tejido en diagonal para cestería, hacen esteras que colocan en el piso de sus viviendas, debajo de los chinchorros o como espacio para sentarse. También tejen un canasto carguero en fibras vegetales verdes que usan para transportar los productos obtenidos de la pesca, contenedor que llevan las mujeres colgado de la frente hacia la espalda.
Por las selvas húmedas del Guaviare se desplazan los Nukak Makú. Indígenas nómadas, cazadores, recolectores y tejedores. Este grupo humano ha desarrollado amarres de alta complejidad para sostener los travesaños que soportan el enramado que constituye su vivienda, tejen los chinchorros donde se sientan y descansan y también los recipientes, canastos hechos con una hoja palmeada, fibra verde vegetal que doblan por el tallo, entrelazan sus elementos básicos en relación uno a uno y los unen en el extremo opuesto lateral conformando un circuito cerrado que termina con un asa y un nudo que integra los dos laterales; este novedoso contenedor lo usan para recolectar frutos silvestres y lo abandonan junto con su morada temporal una vez siguen su recorrido.
Los Indios Koreguaje que habitan en el departamento del Caquetá en la región del río Orteguaza (Comunidades San Luis, Santa Rosa y San Francisco) obtienen de la palma de cumare las fibras textiles con las cuales los hombres tejen los chinchorros y las mujeres hacen las mochilas misirí, complemento de su vestido y contenedor que usan también para el transporte y almacenamiento dentro del área de cocción de su vivienda, estas mochilas constituidas de una sola pieza tienen como característica su gran flexibilidad.
En el departamento del Cauca, sur Andino, habitan los Indios Guambiano (Resguardo de Guambía en el municipio de Silvia) cuyas mujeres tejen diariamente en el telar vertical su anaco o falda negra con líneas de color blanco y fucsia que sus esposos e hijos usan. Estas prendas de vestir las tejen con merino, hilo industrial que compran en Silvia y que ellas retuercen por los caminos con el uso americano.
Para las ruanas blancas hilan y tejen con la lana que obtienen de las ovejas.
El anaco, su falda, sale del telar como pieza completa y lista para usar, no se cose, mientras que la ruana hecha en dos gallos o partes, se une por medio de costuras en la parte superior dejando la abertura requerida para introducir la cabeza.
En el telar de horquetas las mujeres Guambianas tejen los chumbes aplicando la técnica de brocado que les permite realizar diferentes diseños en colores fuertes al mismo tiempo que se va construyendo la tela de fondo blanco, estos chumbes fuertes y consistentes se usan para cargar el bebé junto con un reboso en la espalda de su madre. También las mujeres ajustan el anaco a su cintura por medio de un chumbe más pequeño en longitud pero con las mismas características del anteriormente descrito.
Con la técnica de tejido de punto hacen sus mochilas, jigras, para llevar artículos de uso personal, este bolso de uso cotidiano lo acostumbran llevar colgado del pecho hacia la espalda.
Muy pocos hombres tejen actualmente el sombrero pandereta, pieza importante de la cestería Guambiana, que expresa formalmente el origen de donde todo comienza y a donde todo regresa, la técnica de tejido comprende el entrelazamiento de las fibras vegetales que se obtienen de la caña con las cuales se teje una larga tira que luego se cose en espiral. La gran mayoría de Guambianos utilizan hoy en día un sombrero oscuro de producción industrial que compran en Silvia habiendo dejado de lado el tradicional.
En el departamento del Cauca, en la región de Tierra-dentro, localizada en la vertiente oriental de la Cordillera Central habitan los Indios Paez (Resguardo de San Andrés de Pisimbalá). Los Paeces procesan el fique y obtienen las fibras textiles con que las mujeres tejen las figras o mochilas totalmente a mano aplicando técnicas específicas de tejido de punto como lo aprendieron de sus antepasados. También tejen las cuentaderas o mochilas que integran muchos cuadros de diferentes colores dispuestos en composición triangular que utilizan para guardar las hojas de coca y objetos de uso personal; también ellas tejen en el telar de horqueta los chumbes en diferentes colores aplicando diseños y motivos tradicionales.
En el telar vertical, aún algunas mujeres Paeces tejen su falda "anacu" prensa de vestir típica ya que hoy en día la gran mayoría utilizan vestidos de telas de colores adquiridos en los pueblos cercanos.
Algunos hombres ancianos transforman las hojas de pindo en fibras para tejer el sombrero a partir del entrecruzamiento de once pares de elementos de los extremos hacia el centro conformando con el tejido una tira de varios metros que después cosen con aguaje e hilo integrando una figura de revolución hasta obtener la forma del sombrero según parámetros propios de la cultura.
Es así como en medio de tanta riqueza y variedad de nichos ecológicos habitan diversos grupos humanos que comparten como unidad una tierra llamada Colombia y anhelo de existir según las costumbres y tradicionales americanas donde el tejido es unión y vida.

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